No Buscamos en la Cabeza, Ni en los Ojos, Ni en la Boca, Ni en los Oídos, Ni en el Corazón, lo que nos importa Es lo que viene desde las Tripas

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viernes, 20 de enero de 2012

LA FIESTA BRAVA



Desolado se sentía Juan al saber que había llegado su hora, parece como si el tiempo SE hubiera detenido, sus recuerdos, sus anhelos habían desaparecido con esa noticia. “Él”, entro por la puerta de madera donde mantenían encerrados a la manada de humanos, “Él” miro a uno por uno, sus ojos profundos, vacios, negros, despiadados, despertaban miedo en toda la manada, ninguno podía sostenerle la mirada y no hacían sino esquivarla. Cada miembro de  la manada sabía que no quería ser el escogido, pero también sabían que en la manada estaban sus parientes y no querían verlos en el Ruedo, eran ellos o sus familiares. 
Él se detuvo frente a Juan, y así éste agachara la cabeza y pedía por desaparecer en ese momento, prefería convertirse en otro ser, por ejemplo en humo y salir por algún orificio del criadero, así fuera convertirse en un insecto y no pasar por lo que se le venía encima. Él lo levanto con sus pezuñas lo marco con un numero y lo saco del criadero, sus parientes al ver como se lo llevaban saltaron a cogerlo, pero Él que era más fuerte los quito de un solo golpe. En medio de los llantos Juan fue arrastrado por el suelo, los llantos de su madre y la mirada perdida de los demás no conmovían al del criadero. Al llegar al cuarto este lo miro y le dijo:

-       “Él” Espero que lo hagas bien. ¿Estás enojado?

-       Juan: No señor, ya nos acostumbramos

-       “Él”: (le da un manotazo) esa no es la actitud, ¿ESTAS ENOJADO?

-       Juan: NO SEÑOR, QUE PUEDO HACER FRENTE A SUS COSTUMBRES

-   “Él”: (lo bota al suelo, y lo golpea) ¡Así NO! ….NECESITO QUE ESTES ENOJADO…HUMANO INUTIL….  (le lima las uñas hasta acabarlas)

-       Juan: (con los dedos sangrando) ¡pero que hice! ¿Qué les hice? YA DEJEME EN PAZ

-       “Él”: Por fin estas enojado, mantén esa actitud hasta mañana

Juan quedo llorando, revolcándose en el establo en el que lo habían encerrado; recriminado su suerte, acepto su último día en el mundo, pero con la incertidumbre de vivir libre.

Al otro día, es despertado con un balde de agua fría, es peinado, lo maquillan para que no se vean sus ojos de tristeza, sino que al contrario le dan profundidad para que inspire miedo, le recuerdan que tiene motivos para estar enojado. Lo arrastran hasta la salida al ruedo y piensa en las personas en las que no alcanzo a despedirse, se abre una puerta y lo empujan para que salga corriendo; al salir observa un ruedo llena de “ellos” gritando, aplaudiendo, riéndose, con odio en sus ojos, Juan entro en pánico y se cago y se orino al instante…al frente de Juan uno de ellos disfrazado de un traje brillante caminaba ostentoso por el ruedo, recibiendo los halagos de los asistentes, con una capa roja en una mano y un sombrero negro en el otro, daba vueltas para que el público lo animara  a enfrentar al humano. 


Él se puso su sombrero y alisto su capa y lo llamo, Juan negaba con su cabeza mientras trabaja de esconder sus heces con la arena del ruedo; ellos le decían malas palabras. Los gritos, lo tensa de la situación hizo que Juan se enojara tanto que quiso lograr que este espectáculo que estaba obligado a protagonizar  se acabara, se fue con toda su rabia contra la capa roja, y en un habilidoso quite éste logra esquivarlo, haciendo que la gente grite: OLE. Mas enojado aun vuelve y nuevamente es esquivado y de nuevo: OLE.

Así  muchas veces hasta caer de cansancio, y cuando parece que el espectáculo ha terminado sale otro de ellos y le insertan unas banderillas en la espalda, Juan acalla el sitio con un grito de dolor, de inmediato silencio…seguido por un grito de euforia y de celebración de los asistentes, eso era lo que esperaba el público. Juan sintió como su sangre le escurría por todo el cuerpo y enojado quiso enfrentarse al del sombrero, sin lograrlo porque ellos son más grandes y fuertes, y nuevamente el público gritaba de emoción coreando el nombre del Hombrero. El Hombrero alzaba  sus brazos en símbolo de victoria, una sonrisa era la manifestación de satisfacción que sentía por poder someter a su adversario.



Juan lucho hasta donde sus fuerzas lo dejaron, boca abajo, casi comiendo tierra miro hacia el cielo como pidiendo ayuda o vislumbrando su nuevo rumbo, el Hombrero se acerco hasta su víctima, donde alcanzado por otro cómplice que le dio una vara dio la Ultima estocada y Juan murió. Juan quedo con la mirada perdida hacia el infinito, como preguntándose porque "Ellos" habían perdido su humanidad.

En Memoria de Todos los Toros Caídos. . 

6 comentarios:

  1. Muy Bueno tu publicación, hasta que los toreros no se pongan en el lugar de los toros, no vamos a cambiar nada

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  2. https://www.facebook.com/events/274944502521939/

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  3. Definitivamente es lo mas profundo que he leido en mucho tiempo. Vivo en cartagena donde, por el momento, la plaza de toros no funciona. No puedo esperar al momento en que haya un leve terremoto que la termine de tumbar

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  4. Fredy, transmitis mucho con esta publicacion! Cuando los toreros y a la gente que le gusta esta salvajada entienda y se ponga en los zapatos del toro que solo sigue su instinto, entenderá de verdad! Gracias por regalarnos este pedazo! Acabemos con estoo!

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