Tras Bambalinas (Parte Uno)

Que es más fácil ¿hacer reír? O ¿hacer llorar?

Era un miércoles a eso de las 7 de la noche, la gente se acomodaba en unas sillas de madera, los convoca la risa y la sensación satisfactoria  de estar cerca de personas  que salen en la televisión. El camerino queda en un nivel alto del resto del “SITIO”, por un espacio mínimo de la ventana alcanzo a mirar como las mesas vacías empiezan a desaparecer por espaldas, rostros, peinados, risas, palabras y charlas. 


Entra el director del programa y pone la lista de la final de la convocatoria del programa Comediantes de la Noche, los 8 finalistas nos acercamos a mirar y vemos como somos divididos en dos grupos, para escoger uno por programa, “mala suerte” en el sorteo quedamos mi hermano y yo en el mismo grupo, solo uno de los dos podría ganar, se nos fue la ilusión de ser los dos los ganadores, ... o también los dos podríamos perder... bueno lo mejor es que uno de los dos.... pero sirvió para hacerle fuerza a otro a amigo que quedo en el otro grupo; pero esto no es lo peor, lo peor es mirar el turno de mi salida, de Ultimas. ¿Saben que significa ser el último? Lo peor para los nervios es ESPERAR. Y se fue el primero y caminaba de un lado a otro, no podíamos salir, miraba por el espacio mínimo de la ventana los rostros de los escuchas. 

Paso el segundo, pido el favor que me traigan una aromática ¡me siento mal! Me miran como severa niña - se me riega en el pantalón, me queme un testículo, me limpio. Paso el tercero, camino, miro por la ventana, me siento, me paro, me siento, canto  aleluya. Paso el cuarto y empiezo a sentir el testículo  quemado, me siento, me paro, me sobo, me sobo, me sobo. Se acaba el programa, anuncian al ganador, un descanso para entrar al segundo programa.

Empieza el segundo programa, pido que me dejen salir, pero todavía no es mi turno, ¿recuerdan que soy el último? Me siento…algo me falta… ¿la rutina? Se me olvido la rutina ¿Dónde tengo la rutina? Vuelvo y la leo, listo…repasada… ¿la rutina? Se me volvió a olvidar la rutina ¿Dónde tengo la rutina? En la mano, me toca volver a leerla, me siento. Pido una aromática, esta vez me la tomo de pie, exagero con la azúcar… acabo el quinto, sigue el sexto concursante…. ¿la rutina? Ya esta ¿seguro? Si me la sé ¿seguro? ¡Que si! … me piden que baje, que me tienen que “alambrar” (o sea poner el micrófono) sube el séptimo…después sigo yo…después sigo yo….¿la rutina?....mi testículo…!POR FAVOR VOLTEESE! Me dijo el señor del sonido, que le colabore para ponerme el micrófono.  Me siento, “quiero aromática” “ya no quiero pasar” “quiero salir corriendo” “voy a hacer el ridículo” “quiero a mi mama” “¿si tengo para el bus?” ¿No tengo tarjeta de Transmilenio?“ ¿la rutina?”…tengo que orinar…

El tiempo parece lentooooooooooooooo, escucho mi nombre…aplausos… me empujan, miro una cortina negra…y cuando atravieso la cortina es como la escena de Narnia que entran al armario y salen a un bosque, a un destello de luz… sigo caminando, veo las cámaras, el publico, sonrió…. Y lo que sigue ya lo escucharon.

Cuando acabe, paso de nuevo la cortina negra, vuelvo del bosque al armario y siento un descanso, esa sensación es tan comparable como… ¿ejercicio? ¿Un beso?... ¿reír? ¿Un orgasmo? La verdad no tiene comparación…para subirse a la escena hay que tener decisión, bajarse de ella es…energía…risas…celebración…volver a  la realidad.

Desde que tome la decisión de hacer lo que hago… es porque pensé en dejar de ser un ente más que camina sin rumbo, decidí no ser mas callado, decidí hablar y decidí ser escuchado. Así me queme los testículos.

Me dijeron que para ser artista lo primero es buscar su público, ¡si usted quiere ser el mejor! ¡El público hay que ganárselo! En ningún momento se puede reclamar ni pretender llegar ganando. Lo primero que hay que buscar es saber que decir, el problema es como decirlo, por eso mientras toca mirar como lo hacen los demás, y la verdad fue revelador cuando vi por primera vez un artista de la palabra, era un argentino que con solo su voz, su energía entregaba un mensaje a sus escuchas, por eso decidí no ser mas músico, siendo músico le dejaba la responsabilidad de mi nerviosismo a mi instrumento, pero en cambio con la oralidad no, era una comunicación directa y precisa.

Ese al que me le acerque me dijo: “vos queres hacer esto” Vos no sabes en lo que te estás metiendo, che! Y se rio. Busca tu público, me dijo y yo ¿pero dónde? - “pelotudo” mira a tu alrededor, no ves todos esos transeúntes – si señor – ese es tu público.

A los ocho días volví al parque Simón Bolívar a buscar mi publico…la primera vez nadie me paro bolas…la segunda vez dos personas…que iban conmigo. La tercera vez…10 personas y dos mil pesos, no me lo esperaba, pero bien. La cuarta vez 20…la quinta vez 100, la cien aba vez mucha mas y mas…y dije, lo logre, esto es lo mío.

Y así durante años me presente en colegios, en parques, en la calle, en bares, en matrimonios, en despedidas de solteros, en coliseos, en una flota, en el patio seis de la cárcel la picota, en universidades, etc. Donde me decían que me presentara lo hacía, logre algo que muchos quieren y es: Expresarse

Pero como lo hacía en muchos lados, se me fue perdiendo esas sensaciones que me pasaron cuando estaba empezando y era el MIEDO. Cuando pierdes el nerviosismo antes de entrar a escena pierdes todo como artista, es preferible perder un testículo. Pero la recupere ese miércoles, en ese bar del norte, en ese concurso, eso fue  algo que recupere, volví a ser humano.

Ahora cuando anuncian el ganador….